lunes, 22 de septiembre de 2008

→ Pues quizás lo esté sólo un poco ...


Yo, sigo siendo la eterna chica de ojos rojos y sonrisa amarga. El cielo ya no me cuenta cuentos, para adormecerme. He vuelto a mis noches sin culpa, y sin sueños, sólo debo madrugar para no perderme en la corriente de cada mañana. Tiro por la ventana las horas, y las llaves, para no salir de casa. Me quedo en mi laberinto, en mi cuartel secreto. Me gusta. Me quedo. Mi cuerpo, mi mente, definitivamente es mi cárcel, y no dejo de escuchar mis voces. Voces? serán mías, las siento propias, pero vienen desde lejos, de un lugar que no conozco. Oigo risas, en mi cabeza, dentro y fuera. Ya no recuerdo, contradigo las instrucciones, y me vuelvo inesperada, o eso sueles gritarme. Intratable e irritable. No tratada, tarada y otras bobadas.
Llego tarde, otra vez. Muchos proyectos, pero ningún resultado. Se hace tarde. Llora, nada, ríe, y cuando puedas, despierta...

 
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