lunes, 22 de octubre de 2007

→ Capital del Infierno



La pregunta es, ¿cómo hacer la cotidianeidad más soportable? ¿por qué cada episodio de la vida tiene que ser desagradable? ¿dónde está el líemite de la paciencia? o el lema es seguir amando? Todos los días lleno mi cabeza con interrogantes que nadie me responderá. Y me quedo con las dudas del diario vivir, sigo como si nada me pesara, camino por el agua, sin saber que es agua. Y me guardo en la espera de que todo algún día pasará... quien sabe, como resultaran las cosas? Dejo mi vida al destino, solo vivo porque tengo que hacerlo. Alguien alguna vez me dijo: "si te quedas sentada llorando en la arena, jamás dejarás huellas". Es muy cierto, pero yo ya eché raíces en la profundidad del planeta. Vivo en la capital del infierno, donde todas las apariencias, parecen ser exquisitas, pero sólo son tragos amargos, que no desaparecen con agua... Cada vez me hundo más en mis pesares. No hay droga que consiga elevarme siquiera un centímetro del suelo. Sólo me conformo, con que los días pasen raudos por mi ventana.

 
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