sábado, 28 de julio de 2007



La incoherencia de tropezar con las piedritas que dejas en el camino. La nostalgia enorme, azul, que guardan todos los domingos, insoporable. Un chico sin rostro te saluda desde lejos, desde lejos el rumor a cristalida rompiendose, desde lejos la vida y el ruido adentro.


En este sitio atolondrado, donde los temblores se hace sorderas, cometo ciertos crímenes en tiempos de paz.
Te se de mil saberes inconclusos, como sin saber, así de reflejo y de reojo. Ahora que finalmente descanso de estas cosas, que bailo algun olvido, entre satenes y vivo. Mientras lees, todo confluye en esta sopa, la alegría contagiosa de los niños, una verdad procesada por las mas viejas de las paredes.

Proceso que nunca acaba, por la grietas que dejamos abiertas...

 
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