sábado, 16 de junio de 2007

→ Tanto


... Y te juro que no quería despegarme del calor de tu cuerpo, que no quería dejar de acariciar tu pelo enmarañado, de tanto sudor botado. No quería dejarte, no quería despertar, te juro que te sentí eterno. La métrica de tu cuerpo acomplándose al mío, al mismo tiempo, amando. Sentirme así, tan vulnerable ante tí, tan llena de tus dulces besos repartidos, entre tan delgado cuerpo, que te ofrece mi naturaleza. El producto de tu cuerpo junto al mío, respirando, sintiendo, amando, como uno. Cuán eternos fuimos, en solo unas horas, tu cuerpo terminaba justo donde termina el mío. Y el mundo deja de dar vueltas, y hí apareces tú. Cuando el tiempo se hace eterno y el frio deja de helar mis huesos, ahí apareces tú.

Pero estas y el resto desaparece.
Estas y me siento en calma.
Estas y no tengo respiro.

Para tí puedo ser la gitana que baila desquiciadamente, y escudriñar por las lineas de tu cuerpo.
Te sé, de mil saberes inconclusos, como sin saber, así de reflejo y de reojo, despertándose, todas las flores muertas entre los libros…
Parece mentira, un par de locos vagos en un antro de humo y desenfreno, donde no existen las inhibiciones y sólo se lucha, día a día, por el placer, y por algo más allá de lo terrenal.
Tan impresionada, tan excitada, tan locamente sorprendida, tan contenta, tan fuerte, tanto.
Seré brusca y poco respetuosa.

 
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